Encuentran un vínculo entre el apéndice y la enfermedad de Parkinson
Los científicos han encontrado pruebas sólidas de que el intestino, o más específicamente el apéndice, podría jugar un papel en el desarrollo del párkinson.
Un equipo internacional de científicos revisó dos conjuntos de datos, entre ellos un gran registro de Suecia, y descubrió que eliminar el apéndice está vinculado con un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson. También que el apéndice contiene grupos de una proteína llamada alfa-sinucleína en una forma asociada con la enfermedad. Los autores no pretenden que la gente se extirpe el apéndice de forma preventiva, pero esperan que la investigación pueda derivar en un tratamiento.
“Hay potencial para terapias basadas en el tracto [gastrointestinal] que podrían bloquear la formación y propagación de grupos de alfa-sinucleína como tratamientos futuros, tempranos y preventivos para la enfermedad de Parkinson”, explica la profesora Viviane Labrie, del Centro de Ciencias Neurodegenerativas del Van Andel Research Institute en Michigan.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno del sistema nervioso relativamente frecuente pero crónico que puede provocar temblores, dificultad para moverse y otras alteraciones del sistema motor e incluso síntomas relacionados con el tracto gastrointestinal. Los científicos están trabajando para determinar sus causas (podrían ser varias), pero parece que hay componentes genéticos y ambientales, según la Clínica Mayo. Un estudio reciente dice que afecta a entre el 0,1 y el 0,2% de las personas y el 1% de los mayores de 60 años. Los pacientes con enfermedad de Parkinson tienen acumulaciones tóxicas en el cerebro llamadas “cuerpos de Lewy”, que contienen sustancias que incluyen la alfa-sinucleína.
La comunidad científica se ha preguntado cada vez más si hay desencadenantes de la enfermedad de Parkinson en el intestino. Para el nuevo estudio, los científicos estudiaron el papel del apéndice en el párkinson mediante el análisis de registros médicos; por un lado, del Registro Nacional de Pacientes de Suecia, que contiene registros de salud de aproximadamente 1,7 millones de personas, y por otro, de la Iniciativa de Marcadores de Progresión del Párkinson, que contiene registros de 849 casos.
El estudio encontró que de los 1.144.745 suecos que no habían tenido una apendicectomía, 1608 tuvieron Parkinson, pero de los 551.003 que sí la habían tenido, solo 644 tuvieron Parkinson. Esto equivale a una disminución del 16,9% en la probabilidad de contraer la enfermedad. En términos absolutos, es la diferencia entre un 0.14% de probabilidad de contraer la enfermedad para aquellos a quienes no se les extirpó el apéndice frente a un 0.11% de probabilidad para aquellos a los que sí. El efecto es más fuerte en las personas que viven en áreas rurales, según el estudio publicado hoy en Science Translational Medicine.
Los investigadores también encontraron que para aquellos que habían tenido una apendicectomía al menos 30 años antes de desarrollar Parkinson, el procedimiento retrasaba 3,6 años el inicio de la enfermedad.
¿Pero por qué? El equipo analizó más a fondo las muestras de apéndices y descubrió que contenían proteínas de alfa-sinucleína acortadas y mal plegadas, como las que se encuentran en los cuerpos de Lewy.
Las primeras pruebas experimentales indican que estos cuerpos “puede viajar hasta el nervio que conecta el tracto gastrointestinal con el cerebro”, dice Labrie. “Y si entra al cerebro, puede sembrar y propagarse desde allí efectos neurotóxicos que podrían conducir a la enfermedad de Parkinson”.
El profesor de neurociencia y medicina geriátrica de la Universidad de Pensilvania John Trojanowski, que no participó en la investigación, piensa que el estudio se ha realizado de manera excelente y está de acuerdo con la afirmación de que el apéndice es una fuente de alfa-sinucleína mal plegada que podría usarse en estrategias terapéuticas.
John Woulfe, un científico del Programa de Neurociencia del Instituto de Investigación del Hospital Ottawa, dijo: “Esta investigación es importante porque brinda cierto respaldo a la idea de que la enfermedad de Parkinson puede iniciarse fuera del cerebro y, específicamente, en el apéndice”. Encontró los resultados del estudio convincentes.
Sin embargo, Woulfe mencionó que no todos los investigadores están de acuerdo en que estos grupos de proteínas se extiendan a lo largo de los nervios. Además, le hubiera gustado ver más información sobre cómo la edad en que se había realizado la apendicectomía cambió el riesgo de desarrollar la enfermedad, así como las razones de sus efectos más pronunciados en las áreas rurales.
Pero no te quites el apéndice aún. Labrie dice que el apéndice es solo un lugar posible para el inicio de la enfermedad, pero probablemente hay otros puntos de origen. La eliminación del apéndice no reduce completamente el riesgo, y es normal que las proteínas agrupadas aparezcan en el apéndice. Dada la función potencial del apéndice en el mantenimiento del microbioma intestinal, así como en el sistema inmunológico, tal vez exista algún vínculo entre las fluctuaciones en el microbioma y el Parkinson. Ese es un tema para futuros estudios.
Sin embargo, esta es una posible vía de tratamiento, y las compañías farmacéuticas están interesadas en atacar a la proteína en personas que ya tienen Parkinson. Es una nueva vía fascinante para la investigación.
Fuente: https://www.elindependiente.news