Calculan cuánto tiempo permanece el coronavirus en las superficies y en el aire

El trabajo no prueba que nadie haya sido infectado al respirarlo desde el aire o al tocar superficies contaminadas, pero es ‘teóricamente posible’.

Una de las preocupaciones más frecuentes para la población en torno a la recién declarada pandemia por coronavirus (SARS-CoV-2) es cuánto tiempo sobrevive el virus en las superficies. Hasta ahora, los científicos solo podían hacer estimaciones, aplicando lo que ya conocíamos sobre el comportamiento de virus similares.

Preguntado sobre esta cuestión, el médico preventivista Daniel Orts estimó a Muy Interesante que “no parece posible que el coronavirus sobreviva más de 24 horas en superficies como pomos de puertas, teclados y paquetes o cartas enviados desde cualquier parte del mundo». Pero esta estimación parece haberse quedado corta, a la luz de una investigación publicada ayer el sitio web medRxiv: según las conclusiones de los investigadores, el SARS-CoV-2 puede vivir en el aire durante varias horas; y en algunas superficies, durante dos o tres días.

No obstante, y esto es importante: el trabajo no prueba que nadie haya sido infectado al respirarlo desde el aire o al tocar superficies contaminadas.

Los científicos lo matizan: “De ninguna manera estamos diciendo que haya una transmisión vía aérea del virus, pero este trabajo muestra que el virus permanece viable durante largos períodos en esas condiciones, por lo que es teóricamente posible”, en palabras del líder del estudio Neeltje van Doremalen en el Instituto Nacional de Alergia y enfermedades infecciosas.

Para este estudio, los investigadores utilizaron un dispositivo nebulizador para colocar muestras del nuevo virus en el aire, imitando lo que podría suceder si una persona infectada tosiera o estornudase, esparciendo el virus por el aire. Así, descubrieron que se podía detectar el virus hasta tres horas más tarde en el aire, cuatro horas en el cobre, 24 horas en cartón y hasta dos o tres días en plástico y acero inoxidable.

Similitudes con el SARS

Desde su aparición en China a fines del año pasado, SARS-CoV-2 (conocido simplemente como coronavirus o nuevo coronavirus) ha causado la muerte de 4728 personas; en estos momentos hay 128 392 afectados en todo el mundo y casi 70 000 recuperados (datos confirmados procedentes del CSSE John Hopkins). El ratio de personas afectadas y de fallecidos es muy superior al brote de Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS, un coronavirus similar) del año 2003.

Resultados similares a los obtenidos en esta nueva investigación ya se obtuvieron en pruebas parecidas para el virus que causó el brote de SARS, por lo que las diferencias en la durabilidad de los virus no explican cuánto más se ha propagado el nuevo, dicen los investigadores.

Esta investigación ha sido realizada por científicos del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (NIH), la Universidad de Princeton y la Universidad de California (UCLA), que realizaron las pruebas en el Laboratorio Rocky Mountain de los Institutos Nacionales de la Salud en Hamilton con fondos del gobierno de los EE. UU. Y la Fundación Nacional de Ciencias. El trabajo aún no ha sido revisado por otros científicos, pero ya está disponible para su consulta y para ser compartido con otras entidades.

La profesora de Microbiología en la Universidad de Georgetown Julie Fischer ha opinado al respecto: «Es un trabajo sólido que responde preguntas que la gente ha estado haciendo», y muestra el valor y la importancia de los consejos de higiene sobre los que han estado enfatizando las administraciones de salud pública. Lo que debemos hacer es lavarnos las manos, ser conscientes de que las personas infectadas pueden estar contaminando las superficies, y mantener las manos alejadas de la cara”.

En cuanto a la mejor manera de ‘matar’ el virus, es una cuestión que los investigadores continúan estudiando pero es probable que limpiar las superficies con soluciones que contengan cloro diluido lo elimine.

 

Referencia:

Aerosol and surface stability of HCoV-19 (SARS-CoV-2) compared to SARS-CoV-1doi.org/10.1101/2020.03.09.20033217